sábado, 10 de septiembre de 2011

Todos los días morimos por dentro.

Todos los días morimos por dentro. La desgana encierra un peligro constante, la comodidad que nos da seguir el curso de la vida marcada por una sociedad cada vez más inerte. La muerte poco a poco nos alcanza a todos los que nos dejamos llevar por la corriente del río de esta burda estampa que no es sino el devenir de un final atroz.

Pasamos desapercibidos en mitad del egoísmo personal de cada yo, de cada vida, de cada momento íntimo o público. El egoísmo encierra la bondad de un ser que sólo quiere sobrevivir, que quiere gritar en el vacío de un metro lleno de gente, en un concierto atestado de masas gritando por un fin, en un bar de borrachos ahogados en una jarra de alcohol que ataja el camino hacia la más absoluta verdad, y la verdad es que morimos.

Todos esperamos la panacea que destroce el rumbo que hemos tomado, influidos por un más alto fin, por un ardiente deseo de felicidad completa que nunca llega, y sólo escuchamos el silencio, el silencio de unos corazones rotos sin rumbo tras despedirse en el andén de una estación. El silencio... silencio... shh.... sólo silencio... es lo que nos hace pensar,divagar, sentir, nos hace ver la soledad del corazón que vaga sin rumbo, dejando tras su paso regueros de tristeza y esperanzas perdidas en una tómbola de pasión por conseguir en final más esperado, la verdad.

Nuestra vida se alimenta de esperanzas infundadas, de los sueños irrealizables de un niño que sólo quiere salir a jugar y alimentarse de colores, sonido y olores. Pero ese niño, se hace grande, tan grande que olvida lo más importante, la persistencia en perseguir lo que quiere, a ese niño le incunan ideologías, valores, respetos infundados, banales bacanales de amor y sexo, le enseñan que no es bueno ir contra el torrente que entre todos hemos formado, aprende que ha de dejar atrás la alegría para sumirse en la más pura decepción constante, en conformarse con que puede estar del lado de los muchos, y del de los locos.

Ese niño, se pierde en el abismo de la sociedad, del vagón de metro que nunca llega a su estación, que se llena y nunca se vacía para dar espacio a los sueños personales. En el olvido de una mente atacada por el Alzheimer, que trata de encontrar su destino, pero que todo se le pone en contra, y termina por darse por vencido y acatar la cotidianidad de la vida.

Sólo quiero volver a ser ese niño, a saber que puedo conseguir lo que yo quiera, a no dejarme vencer por ese caudal de desesperanza y conformismo en que se ven nuestras vidas, a no darme por vencido a no dejar que me tapen los ojos como al pirata en la tabla hacia el abismo de los tiburones que desean devorar la carne fresca de un convicto del conformismo. Solo quiero soñar.

4 comentarios:

  1. Eso es la realidad que nos construimos cuando nos adaptamos al momento que nos ha tocado vivir. Perdemos hasta nuestra identidad y viajamos por la vida con un hato en el que llevamos recuerdos que vemos como lejanos aunque los hayamos vivido hace cinco minutos.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por comentar Kico. Es, en cierto punto esa idea que comentas. Espero me sigas en este blog.

    ResponderEliminar
  3. Desde que nacemos nos incrustan en la mente ideas, frases, opiniones, etc. como si fuéramos una pieza inacabada sobre la cinta transportadora de una fábrica de montaje. Una fábrica loca y caótica que moldea a diario nuestra maleable mente.

    De todas las modificaciones que nos hacen en esta rampa infinita, debemos saber qué experiencias son positivas para aceptarlas y aprender de éstas. Por otro lado debemos ser fuertes para resistirnos a infinidad de implantes mentales que la mayoría acepta indiferentemente.

    Esta fábrica destroza tesoros que albergábamos dentro de nosotros cuando éramos niños, tesoros brillantes como la creatividad o el libre albedrío. Por eso todos los días debemos hacer brillar esa llama que llevamos dentro, la llama de todo lo bueno que no llegamos a olvidar nunca.

    ResponderEliminar
  4. Gracias por el comentario Asier, aunque si no supiera que estabas trabajando, te diría que leches te estabas fumando a las 5:21 de la mañana lol. EN serio, gracias por el aporte, esa idea es tan simple pero tan cierta, tan difícil de conseguir...

    ResponderEliminar