sábado, 29 de octubre de 2011

La necesidad sin límites.

El mundo se mueve por las necesidades, quienes las imponen, se frotan las manos sedientas de ambición, pues saben que quien crea una necesidad, crea un negocio. Existen necesidades podridas y necesidades beneficiosas, pero las que más abundan son las primeras, las que nos inculcan desde medios y poderes, las que nos atan a lo más vanal de la vida, como gárgola vital de inutilidad clamando al cielo por una solución a su triste vida.

Y no hay límites, nadie los pone, ninguno permitimos ponérnoslos o que nos los pongan. Desde esta sociedad mermada por el capitalismo cruel de una esperanza por tenerlo y poseerlo todo, por ser mejor que el de al lado, por ser más que nadie, por tener lo exclusivo, por parecer alguien en un lago de humanos sin rumbo; hay quien mueve e impone necesidades que brillan por su superfluidad y vanalidad.

Pero esas necesidades impuestas nos merman como sociedad, nos destruyen el camino hacia una desarrollada mentalidad. Nos hacen creer que necesitamos el último móvil del mercado, la mejor conexión de internet, un coche que consuma poco y corra mucho, los últimos complementos de moda... porque si no lo tienes, no eres nadie, eres un desecho, un "perroflauta" o un aislado de esta burda sociedad.

La misma sociedad que implora hipócritamente por un mundo mejor, más verde, más puro, con más y mejores valores, es la misma que nos mete por todos los sentidos que somos inútiles, totalmente inválidos de capacidad de ser feliz... sin los nuevos artilugios que debemos tener o poseer.

De la misma manera, nos obliga a ser, a comportarnos de una manera absurdamente igual, como asquerosos estereotipos de modo de vivir, amar o respirar. Como viscosas orugas en un desfile sin igual hacia un abismo de podredumbe, de abnegada oscuridad marcada por unos pocos, que su única tarea es enriquecerse con la creencia que la tristeza ajena, mejora sus corruptas e infectadas vidas

Y nosotros, como borregos, ciegos de cordura, aceptamos, entramos al trapo, e incluso apoyamos directamente esa locura de unos pocos. Sigamos así... si, a ver si un día desaparecemos, fruto de nuestro egoísmo personal, de nuestras abnegadas ambiciones de exclusividad, de nuestras rancias vidas, ulceradas y heridas de muerte. Será entonces cuando nos demos cuenta (quizás) de lo inútiles de nuestros anhelos y modos de vivir.

Quiero pensar que todavía hay esperanza, de que unos pocas mentes puedan poner cordura a esta orgía de vanalidades, a este desenfreno de gilipolleces que  asesinan nuestros espíritus, descomponiendo nuestra felicidad, a este festín que sólo unos pocos desean para el resto por la única y absurda razón de no tener los bemoles suficientes de vivir sus vidas en paz.

2 comentarios:

  1. yo creo que es interesante esto de "crear una necesidad" es un debate antiguo y que teniamos ya desde la eso jajaja el caso es que se puede ver también como algo positivo. Imaginate hace 30 años, ¿quién necesitaba una pagina web?, la información crece de forma infinita e incontrolable todo es más complejo y nosotros con ella el ser humano ya no evoluciona en función de una selección natural porque no existen las necesidades básicas están cubiertas y no tiene que sobrevivir, hay un excedente, podemos crear nuestras propias necesidades, caprichos y elegir nuestro camino.

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  2. Estoy de acuerdo que alguna necesidad de la sociedad, han sido cubiertas y son muy beneficiosas, la red de redes, unir a personas de un punto a otro del continente, los innumerables avances médicos, todas ellas eran necesidades, algunas vitales, otras no, pero que nos han hecho la vida más fácil.

    Pero realmente, ¿eran necesarias todas? ¿Dónde y quién pone esos límites? Estamos alimentando una sociedad llena de necesidades sin límites, que no hace sino corromper nuestras felicidades.

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